A LO BONZO
Published viernes, enero 05, 2007 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Jacinto Montecinos, un deudor habitacional que ayer se roció con bencina para quemarse y después lanzarse a la pileta de la Plaza de la Ciudadanía,
volvió a poner el concepto en el tapete.
Me metí a buscar y
Wikipedia dice que la acción de
quemarse a lo bonzo proviene de los monjes budistas del mismo nombre (Bonzos).
Concretamente de Thich Quang Duc, monje que se suicidó quemándose vivo en una zona muy concurrida de Saigon el 11 de junio de 1963. Su forma de autoinmolación sería repetida por otros. Thich Quang Duc protestaba por la opresión budista sufrida a manos del Primer Ministro Ngo Dinh Dim. El monje se mantuvo completamente inmóvil mientras era consumido por las llamas, sin emitir ningún tipo de señal que advirtiera de su dolor. Tras su muerte, la comunidad budista trató de incinerar su corazón, pero este permaneció intacto. Así, se le consideró sagrado y fue puesto bajo el cuidado del Banco Nacional de Vietnam.
Sin embargo, al contrario de Montecinos quien sçolo resultó con heriodas leves, el suicida que más notoriedad y trascendencia causó (tanto así que
Los Bunkers le dedicaron una canción) fue Eduardo Miño.
Víctima del asbesto y militante del Partido Comunista, Miño estaba desesperado, hastiado como el que más y así, lisa y llanamente, se prendió hasta morir frente al Palacio de La Moneda.
"Tantas caras que tengo olvidar/No hay palabras, sin ponerse a gritar/Se rieron de ti, no pudiste dormir/pero tu propia vergüenza/Ya no vives de ti, no supiste morir/por que tu propia tristeza/se incendió".
Miño
dejó una carta y su legado es recogido casi como una
gesta heroica hasta el día de hoy.
Es todo un tema ¿Son valientes o cobardes los suicidas? ¿Vale la pena? Sólo ellos, en la intimidad de su ser, son capaces de responder todas las preguntas abiertas después de un hecho así. Claro que, la mayoría de las veces, no hay cómo hacerlos hablar.
FOTO: TERRA.CL