La primera, para partir con las damas, es de mi hermana. La tiene jodido la pobre para llegar al DUOC de San Carlos de Apoquindo, un lugar al que ya era difícil acceder con las micros amarillas y, por lo que se ve en la foto, más ahora con esto de los troncales y los alimentadores.
Lo que es yo, sin querer queriendo, tuve que debutar esta tarde. Me salió un viaje al sector de Club Hípico y así, me vi obligado a tomar el mapa y seguir los consejos.
No estuvo nada de mal. Todo lo contrario, fue bastante simple y didáctico. Es cosa de familiarizarse no más y listo. La 506 y 507 eran mi carta. Agarré la Multivía que tengo y ex profeso, alevosa y premeditadamente dejé el monedero en casa y me puse a caminar hacia Grecia.
No me alcancé a dar vuelta cuando ya venía la 506. Me subí y al tratar de pasar la tarjeta por el famoso validador... ¡Queck! Error. Monto insuficiente o algo así creo que dice la pantalla. Otra vez, otra y otra más y lo mismo. No hubo caso.
Es que vengo llegando de vacaciones, le dije al micrero quien (
chilean way) me instó a pagarle $200 en monedas, a lo amigo.
No tengo, las dejé en la casa porque ya no sirven pues.
Sobre la misma reaccioné y le dije
¿No que uno se puede subir no más y después, cuando recarga, se descuenta el saldo pendiente? Me quedó mirando con cara de
qué sé yo cómo cresta funciona esta hueá y seguimos pelando al sistema hasta llegar al Metro Bustamante.
Bajé a cargar la Multivía, no a comprar una BIP (igual no habían y eso que ahora cuesta $1.100 -
Hay que pagarle a Zamorano, decía una señora en la fila-). Volví a la superficie (esta vez tomé la 507) y me fue bien, cero falta, ni un solo drama.
No es joda eso del ruido. Las micros son menos, andan más rápido y más eficientemente ocupadas. La percepción que pude ver en la gente idem, satisfacción pese a lo que sabemos pasa en los sectores periféricos de la ciudad. Es cosa de acostumbrarse no más...
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