La radio del vehículo puede funcionar con volumen moderado y siempre que ningún pasajero se oponga. ¿Quién no leyó esa frasesita en una de las tantas micros amarillas que ahora ya no existen? Pues bien, sucede que hoy, en el metro (L4 para ser más preciso) por los parlantes sonaba y sonaba música pop-romanticona-cursi que, a juzgar por la cantidad de pasajeros que íbamos con audífonos y los otros que iban durmiendo o conversando, nadie quería escuchar. Lo peor es que pese a que yo por lo menos iba con el volumen de mi teléfono al máximo, aún así se colaba el baladista de turno por mis oídos (imagínense cómo era el volumen del carro) ¡Exijo una explicación!
Etiquetas: Actualidad, Yo
- I'm Jorge Enrique Díaz Pérez
- From Santiago, Región Metropolitana, Chile
- Estudié letras en la PUC, pero el latín fue más fuerte y tuve que partir a la Diego Portales donde, por fin, egresé como periodista. ¿Por qué clóset de noticias? Porque acá cuelgo las que me parecen importantes, así de simple.
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