SQUELLA Y LA ALTERNANCIA
Published lunes, marzo 16, 2009 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
La Alianza suele apelar a la alternancia, en circunstancias de que la casi totalidad de sus dirigentes, senadores y diputados dijeron "Sí" a ocho años más de Pinochet en el plebiscito de 1988, cuando el general llevaba ya 15 años en el ejercicio del poder, llegando algunos de esos actuales dirigentes y parlamentarios a intervenir activamente en la organización del plebiscito, a grabar entusiastas spots a favor de la permanencia de Pinochet en el gobierno, y, años más tarde, a peregrinar a Londres cuando el general fue detenido. Es cierto que la democracia permite la alternancia -y ésa es una de sus ventajas-, pero para que ella se produzca es necesario ganar las elecciones y no limitarse a gimotear, como en los juegos de niños, "ahora me toca a mí". Por lo demás, si la falta de alternancia pudiera resultar mala para el país, ¿alguien ha pensado cuán inconveniente sería para éste la concentración del poder, es decir, que ganen también el gobierno los mismos que tienen ya el poder del dinero, el de los medios de comunicación, y el de la mitad de nuestra asamblea legislativa? ¿Será buena la alternancia si el precio que ha de pagarse por ella es una fuerte concentración de casi todos los poderes socialmente relevantes en una sola mano?Preguntas a la Alianza, Agustín SquellaVía: El OrticultorEtiquetas: Actualidad, Política