Lo del Félix Bulnes, así como lo de Talca, Iquique, Curepto y una larga lista de negligencias médicas en el servicio público de salud, es impresentable. Y ojo que no me refiero a las lamentables muertes de aquellas jóvenes madres sino a las consecuencias del Caso Cesáreas como se ha llamado en los medios. Me refiero a los informes y fiscalizaciones que se han conocido dando cuenta del, perdón por el exabrupto, despelote existente en dicho hospital. ¿Mucho no?
De verdad que les creí a todos los funcionarios que salieron a dar la cara cuando todos nos preguntábamos sobre qué pasó con esas mamás y de seguro tendrán más de una propuesta de solución. Pues bien, en ese sentido y más allá de las esperables renuncias de tal o cual, lo que creo que apunta al fondo del asunto es designar en el cargo a personas idóneas, es decir, no necesariamente a un doctor (más encima afín al gobierno de turno) sino a un profesional experto en el manejo de personal, de recursos humanos y todo lo que involucra un hospital público.
Incluso, el ejemplo debiera seguirse para otros casos como colegios (ya sabemos la cagá que está en la educación) y así, todo tipo de repartición pública o estatal. Dicho de otro modo y más directamente lo que me tiene chato es el cuoteo, el compadrasgo, amiguismo y padrinazgo político. Eso.
Etiquetas: Actualidad
- I'm Jorge Enrique Díaz Pérez
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