LO VI
Published viernes, junio 16, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Acabo de verlo. Acabo de ver al candidato. Por fin, en un mundial de impostores, en un torneo que se dice plagado de estrellas que no lucen como tales, acabo de ver al verdadero y no al que dice ser.
"El equipo de José", como cantaba la hinchada trasandina es el único candidato a quedarse con el título de Alemania 2006.
Argentina no sólo
goleó 6-0 a Serbia y Montenegro, la mejor defensa de las eliminatorias con un solo gol en contra, sino que demostró (como se cansaron de repetir Solabarrieta y Guarello) que el fútbol -
después de varias vueltas por la física, la sociología, los Test de Cooper, esto y lo otro- al final se juega con la pelota en los pies y quienes saben cómo hacerlo tienen más de la mitad de la carrera corrida.
Argentina no es como Inglaterra, como Alemania, como Holanda, como Francia, equipos que hacen la tarea a medias. Hacen el gol (si es que) y lo cuidan como hueso santo. No. Argentina no es así. Concientes del concepto de espectáculo detrás de la industria que rodea al mundial, los trasandinos ganan, gustan y golean.
Con razón -cualidad extraña para la eufórica y eminentemente emocional masa llamada hinchada- se oye el "Volveremos otra vez, volveremos a ser campeones como el 86".
Claro, esta vez Maradona no está en la cancha -pese a que usa la misma albiceleste Le Coq Sportif con la 10 en la espalda-, está en las tribunas. Pero el Diego se preocupó de hacer escuela y sus gambetas en el Azteca mexicano, se repiten con más gracia aún, en los pastos alemanes en los pies de sus mejores alumnos: Riquelme, Saviola, Tévez y Messi.
FOTO:
Reuters