LA FACHA DEL SENADOR
Published viernes, septiembre 01, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
No sé si fue por los insertos publicitarios de las tiendas de retail que en esta oportunidad nos invitan a comprar un jeans y un par de zapatillas (¡Por Dios qué molestos son!) o porque mis propios jeans ya empiezan a levantar su bandera blanca, pero me acordé del senador
Alejandro Navarro y su look.
Raquel Correa, en su emblemática
entrevista del domingo (me carga linkear El Mercurio porque después de unas semanas se pierde) lo presentó como el senador de bluejeans:
Dentro del Congreso y fuera de él, los más tradicionales lo miran mal. ¿Dónde se ha visto a un senador de mechas largas y desordenadas, que le moleste que le digan "honorable" y asista a sesiones con bluejeans? Pero él tiene sus razones.
-¿Le parece adecuado ir vestido así al Senado?
-Lo conservador no va con mi forma ni estilo.
-¿Qué diría don Francisco Bulnes si pudiera verlo?
-No le gustarían los bluejeans, pero la calidad del Senado no se basa en la calidad de la tela de los pantalones del senador Navarro.
-¿Es por llamar la atención?
-Tal vez un poco -contesta con franqueza-. Porque queremos hacer cambios. Y en los cambios son importantes las formas. Por eso quiero que seamos "ciudadanos senadores", no "honorables senadores".
-Muchos consideran que le bajó categoría al Congreso...
-Le hace falta aire fresco. No sé si lograremos dárselo, pero caeremos en el intento. En el Senado no están los mejores de Chile. Está la defensa y representación de intereses. No están los mejores ni todos los intereses representados.
Sé que las leyes o el trabajo propiamente tal del congreso no se hacen con lino o con el más fino algodón, pero tampoco creo que sea bueno hacerlo en jeans. Considero que aún son necesarias las formas como las llama el senador, más aún en una institución como el
senado. De hecho, si la
NBA tiene un código de vestuario no veo por qué el senado de la república no podría hacer lo mismo.
Si pensamos en lo desprestigiado que ya está el trabajo parlamentario, no creo que esta sea una de las formas, nuevamente uso el término, para revertir esa situación. Por lo demás, si el señor Navarro de verdad quisiera ciudadinizar su investidura, lo invitaría a dejar el auto con chofer y subirse a una micro, esperar en el paradero y tratar de subirse a los empujones, por citar sólo un ejemplo.
No sé a ustedes, pero a mí no me parece mucho todo esto de la renovación a través de las formas. Si llevamos el caso al extremo, mañana podría ir de aros y moikano. O, a lo Villegas, con ojotas.
Creo, en definitiva, que son palos de ciego y ganas de figuración en TV ¿ustedes?