PROTESTO
Published martes, noviembre 28, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Me he echado a un
par de
colegas (en el sentido blogger del término) encima, pero qué más da. Para eso estamos, para discutir y debatir, con altura de miras y buenos argumentos sobre la (red) mesa. Ahí voy.
El balón de oro entregado al
ahora defensa del Real Madrid Fabio Cannavaro es, a mi juicio, un error. ¿Por qué? Básicamente por dos motivos: El primero (y más de fondo si se quiere) tiene que ver con el concepto intrínseco del fútbol. ¿Qué es más importante, crear o destruir? Dicho de otro modo ¿Qué recordamos más, los goles o los quites, los pases de gol o las intercepciones de esos mismos pases? Cannavaro, huelga decirlo, es un fiel representante de lo segundo, pese a que ni siquiera -por lo que se ve del Real Madrid en la Champions y en la liga- lo haga tan bien, por estos días al menos.
En segundo lugar, y este argumento es más subjetivo, soy de los que cree que este premio viene a ser una especie de consuelo, un resarcimiento o lavado de imagen después de todo lo mal que lo pasó el propio Cannavaro (por eso está donde está también ¿no?) y otros de sus compañeros de equipo tras
el escándalo en la Serie A del Calcio.
Ojo que no estoy diciendo que el tipo sea un mal jugador, pero no es el mejor. No creo que le alcance para ello. Siempre, puesto en la disyuntiva, voy a elegir a un talentoso en vez de un picapiedras. Tal vez si inventaran un premio al más chuzo del año, al más tronco sí, ok, suscribo. Pero así,
mejor jugador del año, no. Al final uno paga por ver goles como los de Matías Fernández o Ronaldinho y no trancdas o quites como los de Cannavaro o Gatusso.
He dicho.
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