Nota Relacionada: La Moneda le dio otro portazo a la propuesta de bajar el IVALa discusión de moda por estos días no es con quiénes va a jugar Bielsa en Israel ni mucho menos cuál de los lindorfos de turno se quedará con Cari. No señores. De lo que se habla en las mesas bien es de qué demonios va a pasar -o dejará de pasar- con el
Impuesto al Valor Agregado, el famoso IVA.
Chile es uno de los países en los que este impuesto, que pagamos todos por parejo, es tan alto. De hecho, cuando se subió circunstancialmente para financiar la reforma a la salud (del 18 al 19 por ciento) se dijo que iba a ser un alza transitoria y que una vez regularizada la situación, regresaría a su valor original (Sí oh).
El asunto es que hoy, desde
capitán a paje, todo el mundo habla de la necesidad, de la buena señal que sería, bajar este impuesto.
Anoche,
en Canal 13, Felipe Larraín (uno de los que se menciona como hipotético ministro de hacienda en un gobierno de Sebastián Piñera) argumentó al respecto señalando que el punto en discordia (el que va del 18 al 19 por ciento) significa unos US$800 millones para el fisco, dineros que, por otro lado, podrían recaudarse con el incremento en el crecimiento de la economía (se habla de 1 ó 1.5 más sólo por este efecto).
Esta misma mañana, para agregar otro ejemplo,
el PPD se sumó a las voces que piden rebajar el IVA aunque como compensación, proponen gravar 'a quienes tienen más'.
Como sea, y con su impajaritabilidad (cómo amo esa palabra, Ja!) de siempre, el ministro de hacienda
Andrés Velasco recordó que la política del gobierno en materia impositiva 'está clarita'.
No sé qué piensan ustedes, pero yo no la tengo tan clara. El paquete de medidas anunciado recientemente y que casi se cae en el congreso es un ejemplo de esa indecisión o, por decir lo menos, de una cierta confusión a la hora de elegir qué tecla tocar.
Desde mi modesto punto de vista y con el precio del cobre como está, no le veo tanto problema a bajar en un punto el IVA. Por lo demás, es algo que se prometió y que, oh cielos, no se cumplió. Digo, por último como desagravio por lo mal que lo pasamos con el Transantiago ¿no? Ya pues ministro, no se haga el de la chacra... Sáquese los cocodrilos del bolsillo de una bunea vez por todas.
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