No voy a descubrir América con lo que les voy a contar, pero igual vale...
El Sábado, la revista de El Mercurio, hace rato ya que viene en caída libre. De otro modo no se explica, por ejemplo, la paupérrima calidad del papel y, lo más importante de todo, de sus textos.
En este número aparece una entrevista a las mujeres de Gerardo Rocha, su hija mayor, su primera esposa (la mamá de la antes mencionada) y a su mamá. Firmada por la periodista Sabyne Drisdale, una de las preguntas dice
Hablando con franqueza ¿Cree que su hijo está loco? para rematar con uno de los peores cierres que he leído en el último tiempo:
Afuera anochece.Por el contrario, los bonos de
Paula suben y suben. No me la leí de un tirón para dejar algo guardado para la semana. La cagó. Me entretuve bastante con un vivencial firmado por la periodista María Paz Cuevas titulado (notablemente por cierto)
El sermón del día después, reportaje que como adivinarán, versa sobre lo difícil que es acceder al famoso levonogestrel o Postinor 2, la píldora del día después.
Buena pluma, información, buenas fuentes, buen diseño, atractivo... Un ejemplo digno de cursos de buen periodismo.
Por si fuera poco, la tendencia a favor de Copesa sigue con un clásico:
Qué Pasa, revista que, insisto, desde sus primeras páginas (esa especie de
gossipeo del mundillo de los negocios) te agarra para no soltarte más.
No sé qué pensarán ustedes, pero si me tuviera que llevar un par de revistas para un largo viaje, no lo dudaría tanto...
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