NO TIENE POR QUÉ SER DE PINO
Published viernes, septiembre 12, 2008 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Ahora que
ya pasó el 11, que
los tontitos de turno hicieron su show y que los canales, algunos más otros menos, sacaron su tajada de la torta también, nos podemos dedicar como Dios manda a celebrar nuestras fiestas patrias.
En ese sentido, una de las primeras obligaciones tiene que ver con encontrar la picá de las empanadas, aquel lugar en el que puedas entrar con la seguridad de salir satisfecho.
Pues bien,
ahora que todos se arrojan
el derecho de recomendar sus favoritos, yo voy a hacer lo propio y con conocimiento de causa, pues vivo en una especie de triángulo de las Bermudas de las empanadas santiaguinas.
Las mejores a mi juicio son las del Monti en su cláisico local -fábrica mejor dicho- de Manuel Montt con Diagonal Oriente. Hay de pino con carne picada, pero como descubrí que una sobredósis de cebolla afecta mi salud estomacal, hace un tiempo me he hecho fan de las napolitanas, una verdadera delicia de jamón, queso, tomate y orégano del bueno, todo envuelto en una masa crujiente, fresca y con el dorado justo.
En mis otros barrios pueden irse a la segura con La Pichata, un local medio piola por Avenida Suecia antes de llegar a la esquina de Sucre si no me equivoco (si no es Sucre, es la que sigue hacia el norte). De allí les recomiendo las fritas con pino de pollo y si quieren romper la norma y salirse del menú típico dieciochero no duden en llevarse la lasagna con salsa bolognesa... Uf! Un manjar.
Foto: Becada2799Etiquetas: Actualidad, Yo