MURIÓ SANDRO
Published martes, enero 05, 2010 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Mis recuerdos de Sandro adornan una sobremesa de domingo, generalmente bien regada, acompañada por el inevitable cenicero y, obvio, esa suerte de admiración e idolatría que sentían mi viejo y el padrino de una de mis hermanas por él, por Sandro.
Claro, el tipo tenía a las minas a sus pies, se movía como nadie, interpretaba más que cantaba y, más encima, actuaba. ¿Así quién no, cierto? Y si todo eso pasaba acá, al otro lado de la cordillera y con un par de hombres...
Sólo así se explica el grito que acompañó la lectura del parte médico anunciando su muerte. Sólo así se explica la pena y el dolor que sienten todas las que creen que, efectivamente, se les murió un pariente cercano, por qué no, su amante.
Con Sandro muere un estilo, una forma de pararse en el escenario y de -ya está dicho- interpretar. Algo suyo queda por ahí (pienso en Babasónicos) pero qué va, Sandro hay uno solo y desde anoche descansa en paz.
Momentos en la vida de SandroVida y obra de un gran ídoloOlga, la mujer que lo acompañó hasta el finalUn seductor mitológico, sin la ayuda de manualesUna impresionante carrera con 36 discosEtiquetas: Internacional, Música