El próximo 28 de mayo, a escasos días del inicio del Mundial de Alemania 2006, en nuestro viejo y querido Estadio Nacional se llevará a cabo uno de los
partidos más extraños que recuerde el coloso Ñuñoíno. ¿Por qué? Porque además de los 22 jugadores y el árbitro, un magnolio de diez metros, sí, leyó bien, un magnolio de diez metros ocupará gran parte del centro de la cancha.
¿A quién se le podría haber ocurrido semejante barbaridad? Si le respondo Sebastián Errázurirz, probablemente no le diga nada. Incluso si le digo Colectivo Solo tampoco. Pero si le digo que se trata de los mismmos que
subieron a una vaca al techo de un edificio en pleno centro de Santiago, muy probablemente recordará.
Había escuchado una entrevista en la radio
Horizonte y por eso sabía que hoy martes iban a colocarlo. Partí.
"Hola, buenas tardes", le digo al guardia del estadio. "Vengo a ver el árbol"
"(Risas) Pase no más, allá están, en la cancha"
"Gracias", le respondo y llego hasta la puerta número 7.
Cruzo las rejas, inusualmente desprotegidas de guardias y, como Pedro por su casa, entro a la cancha. Ahí está, monumental, el magnolio. casi justo al medio, un par de metros hacia el norte, mirando a Avenida Grecia, casi jactancioso, el árbol.
"¿Sebastián?", le pregunto a un joven de unos treinta años, alto, delgado, que viste traje azul, chaleco rojo, camisa blanca y zapatillas caña alta (como la de los boxeadores) celestes con franjas blancas.
"Sí", me responde estirándome la mano.
También estiro la mía. Nos saludamos, como capitanes de los equipos en medio de la cancha.
"Soy Jorge Díaz, periodista ¿me das cinco minutos para que hablemos? Es para mi blog"
"Sí, claro, obvio"
Apreto REC.
¿Qué hace un diseñador como tú plantando un árbol en un lugar como este?
"Soy diseñador, pero mi viejo es doctor en arte. Me criaron con un cuento artístico súper fuerte. A los seis años yo tenía que criticar cuadros. Se esperaba que no calcara los mapas, que no viera tele, etc. Mi idea era tener herramientas de diseño para ir mejorando en otros campos. Mi práctica fue en publicidad, mi tesis en animación. Hago desde ropa hasta la iluminación de tiendas, de todo"
¿Pero cuál es el rollo?
"Las instalaciones son un tema más. Son un tema precioso, una obsesión. A diferencia de las esculturas o de la pintura, tienes la posibilidad de sacar el arte a la calle"
¿Cuál es el objetivo?
"Hay varios y desde distintos lados. De por sí, todas las instalaciones tienen esta cosa como democrática de sacar el arte afuera, que la gente pueda tener acceso a ellas. Después está el tema de obligar a la gente..."
¿Provocarla?
"Provocarla, irrumpir en su vida cotidiana, que tengan un quiebre. Hoy somos inmunes a todo tipo de catástrofes, accidentes, ya no nos sorprende nada. Éste tipo de elementos todavía provoca que uno pare, diga qué chucha ¿pusieron un árbol en la mitad del Estadio Nacional? Después viene que puedes compartir tu trabajo con muchísima gente. Es como si hubieses hecho una canción y esa misma canción sale a las radios y la escucha la mayor cantidad de gente posible, y otros sueñan con eso, le pasan sus cosas. Tiene también el tema de que éstas hueás son imposibles"
Eso, ¿Qué te dijeron cuando pediste permiso para plantar un magnolio en el Estadio Nacional?
"Al principio nadie sabe qué hacer. Creen que hay una cámara indiscreta grabando, que los estás hueveando. Después de un rato, cuando les muestras tu currículum, cuando cachan que estás hablando en serio, que está hueá va, no saben si aplaudir o qué. A la larga, hay mucho de energías que se transmiten, que se contagia. La gente tiene necesidad de lo irracional, de lo surrealista, de espacios que no tengan sentido, de lo imposible, de sueños. Parte de eso invita a la gente a participar. No soy tan buen engrupidor, no podría convencer a alguien que no quiere hacer algo. A la larga se entusiasman, se sienten partícipes"
Aparte, creo, tienes que ser muy tenaz porque me imagino que de buenas a primeras no te dicen que sí
"Para este proyecto fueron ocho meses de pega. Se cayó varias veces, lo tuvimos que reflotar varias veces, con la guata hecha pedazos, pagándole de mi sueldo a gente que me ayudó y plata que podría haber ocupado para cambiar el auto, pero aquí feliz"
Pero estás aquí con todo este tema...
"Sí, bueno, después está todo el tema de lo imposible, de los sueños que estábamos hablando. En un país en el que los futbolistas probablemente no son tan distintos a los argentinos, sólo que no se atreven a parar la pelota y hacer una finta para evitar la pifia, en un país en el que te muestran que se puede poner una vaca arriba de un edificio, un árbol en el estadio nacional, si consecutivamente, cada seis meses van pasando éste tipo de cosas, el cabro chico va a empezar a creerse el cuento cada día más. Si éste hueón puede, ¿por qué yo no? Y si mi sueño es ser bombero, voy a ser bombero y chao con lo que diga mi viejo"
Como un piensa positivo 2.0, artístico, ¿Te acuerdas de esa campaña?
"Sí, puede tener algo. Bueno, también hay un tema personal, existencialista. Mi vida vale por esto, tengo algo que contarle a mis nietos, me puedo morir tranquilo. Es como si ganara tiempo, como si dijera puedo vivir tres meses más. Si me muero, bueno, me muero pero me voy a morir sacándome la mierda y haciendo la vida que yo quería, no la que me impusieron ni la que me dijeron que había que hacer. Lo hice cumpliendo mi sueño, a mi pinta y regalándole eso a la gente"
¿Y qué dice la gente?
"Mucha crítica, mucho de todo. Hay gente que cree que porque soy Errázuriz tengo plata y no es así. ¡No tengo ni uno! En éstos momentos tengo sesenta lucas en la cuenta y no tengo más plata. Todo esto lo paramos con auspicios, tocamos doscientas puertas, hasta que se abrió una"
Con todo ya estás curado de espanto con lo que te digan...
"Estoy como los burros, me dicen que no, no, me llegan palos y filo, voy para adelante. El proyecto tiene un primer envoltorio que es el humor, osea una pelada de cables"
Como un chiste de Medio Mundo, ¿Te acuerdas de ése programa?
"Sí (risas) tiene algo de eso también. Tiene algo completamente surrealista, raro, que permite que un proyecto de arte que es hermético, permite que la gente no se espante, sino que pueda reírse, pero que igual lo comente. El gallo que nunca tuvo clases de arte, o que nunca tuvo acceso a clases de arte, por último se puede cagar de la risa y ya empieza a participar. Es como si yo hubiera envuelto un regalo en un envoltorio bien llamativo, en un papel de regalo bonito. Después vienen las demás capas, empiezas a preguntar ¿por qué un magnolio, por qué en el Nacional?"
Eso, yo no tengo idea de árboles, ¿Por qué un magnolio y no un sauce, por ejemplo?
"La idea era hacerlo con un árbol nativo, pero sufren mucho con los transplantes. Tenía que ser un árbol que aguantara. Éste árbol tiene una hoja muy dura, muy carne de perro. Después, queríamos que fuera un árbol más o menos redondo, iconográfico, como el árbol que dibuja un cabro chico, que tenemos en el inconsciente, casi con las manzanas... estuvimos haciendo un cásting de árboles hasta que dimos con este"
¿Y por qué el Estadio Nacional?
"El Estadio Nacional tiene una carga representativa de nuestra cultura muy fuerte. Tienes los extremos a los que puede llegar nuestra sociedad. Está el tema de la Teletón, con todos aportando por Chile, celebrando, llorando eufóricos; tienes un gol importante de nuestra selección y hasta tienes torturados. Todos los extremos y eso no existe en ninguna otra parte, igual es como un reflejo de nuestra sociedad, quiénes somos, quienes fuimos, todo. El árbol ahí plantado es muy simbólico, tiene sus raíces en la tierra, agarra fuerza, no niega el pasado, sino que lo recuerda, también nos ofrece vida, un pulmón en el medio de nuestra ciudad. El estadio en sí mismo es como un oasis, no hay ruidos, pasan los pájaros, los mismos muros que tenemos alrededor nos aíslan y permiten que esto sea casi como una catedral. Si la gente puede venir acá, a la hora de almuerzo, a comerse un sándwich debajo del árbol en el medio de la cancha del estadio nacional, es una hueá de locos. Si a todo eso le sumas, todo el surrealismo, la locura, el efecto escenario, en un momento el árbol deja de ser importante, fue sólo una excusa para que te mires. A la larga, los únicos cambios los puedes hacer cuando paras, cuando te detienes y te preguntas ¿Esto es la vida? ¿Esto es lo que hay? Estoy tan preocupado de las lucas ¿Importan tanto? Que la gente haga lo que quiera, si lo quieren hacer bolsa y encuentran que es una estupidez, está bien también, que hagan lo que quieran. Es parte del juego, que todos opinen"Presiono stop. Termina la nota. Subo hasta las tribunas para tomar la última foto con mi
celular. Al lado, un guardia me mira.
"Y ¿Qué le parece esto del árbol?", le pregunto.
"Si le digo, capaz que me cueste la pega. Con eso le digo todo", me responde.
Click, tomo la foto y pienso en cuál será el próximo proyecto de Errázuriz. Habrá que estar atento...
WEB OFICIALEl árbol en la
T V, en el
Diario Pop, en
LUN y en
El Mercurio (humor editorial)