LA HORA DE LOS NIETOS
Published miércoles, diciembre 13, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Pinochet Ugarte es un montón de cenizas encerradas en un ánfora, pero su legado sigue tanto o más ardiente que como aquel fatídico 11 de septiembre de 1973.
Prueba de ello son las actuaciones de dos jóvenes contemporáneos, ambos asomándose sobre los treinta, ambos relacionados con el mundo militar, ambos nietos de generales de ejército, uno Augusto Pinochet Molina (nieto de Pinochet Ugarte) y el otro Francisco Cuadrado Prats (nieto de Carlos Prats).
Cronológicamente hablando, Cuadrado actuó primero. El hombre esperó pacientemente su turno la madrugada del martes hasta llegar a los pies de Pinochet:
"Lo escupí como un acto de desprecio porque asesinó a mis abuelos", reconoce en una
nota de LUN (Anoche TVN ya lo había adelantado).
Después, en las ceremonia fúnebre y pasando a llevar a la organización de la misma (es decir a sus propios superiores en el ejército) el capitán Pinochet Molina
discurseó como ya sabemos.
Lo más probable que, tal como lo adelanta el general Izurieta en
El Mercurio de hoy "El capitán Pinochet no estaba autorizado para hacer la intervención que hizo y ello constituye, usted comprenderá, una grave falta a la disciplina de parte de un oficial de Ejército. Más allá del respeto que merece su dolor como nieto, es necesario considerar la imposibilidad de que en tal ceremonia hable un oficial subordinado. Sus palabras no representan en nada el sentir del Ejército y de sus integrantes".
-¿Qué ocurrirá entonces con el oficial?
"Por aplicación de la norma disciplinaria común, debe recibir las sanciones correspondientes a su falta".
Lo único que sé y que queda demostrado con todo esto, es que el odio o en un grado inferior, el rencor, se heredó de generación en generación y, al parecer, deberán ser mis nietos o los hijos de ellos quienes por fin, puedan dejar atrás todo este lamentable episodio en la historia de nuestro país.
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