DATO
Published jueves, febrero 07, 2008 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Mañana de reporteo en Santa Laura ya sabrán para qué. Lo primero que hay que decir, para uno que pasó un año entero yendo a ese estadio (recuerdo la campaña de 1987, con partidos de local los domingo a las 11:30 horas), es que Santa Laura está abandonado, parece un estadio fantasma, un lugar arrasado por un huracán o algo así. Mal, porque tiene su importancia en la historia de nuestra
actividad y sobre todo, porque es uno de los pocos estadios donde se ve y hasta se huele muy bien el fútbol.
El asunto es que en el camino de vuelta a la oficina, en Recoleta esquina Einstein, me detuve como hiptotizado por el anuncio: Mote con huesillos. Uf! Un vaso grande (de esos de vidrio, nada plástico), de puro jugo (con ¿celditas? del huesillo), helado al punto que te duele la frente con el primer sorbo ¡a sólo $500!... Atendido por su propia dueña por cierto, una señora muy viajada que en los cinco minutos que me demoré, me contó de sus peripecias por Londres (saludos Claudio Felipe)... ¿Qué tal?
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