LA MITAD DEL TRANSANTIAGO MEDIO LLENO
Published miércoles, marzo 05, 2008 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Pasó esta mañana en Escuela Militar. Habíamos varios pasajeros esperando la C18, una de las tres micros que entran a la Ciudad Empresarial (varios como para llenar tres micros de esas chicas, liebres que se llaman ¿no?) y en eso llegan dos micros al paradero, una tras la otra.
La lógica y el sentido común dicen que lo que se debe hacer en esos casos es desocupar el paradero lo antes posible, como en un andén de metro, y abrir las puertas de todos los carros (en este caso de ambas micros), pero no. La tipa -era una mujer la que estaba al volante- inexplicablemente se negó a hacerlo, esperando que se metiera el último tipo a la micro que la antecedía, para ella correrse y repetir la misma escena de empujones, apretones y malos ratos.
Como era de esperar, las quejas y reclamos que se escucharon abajo de la micro no se repitieron dentro de ella. Salvo, claro está, mi queja. El asunto es que no me calenté la cabeza con la susodicha y llegué a la tranquilidad de mi cuchitril para redactar mi queja respectiva en el buzón de reclamos virtual de la empresa correspondiente.
Un par de horas después, la gente de
Red Bus Urbano S.A. se puso en contacto conmigo, ofreciéndome las disculpas del caso y adelantando medidas disciplinarias contra su chofer.
Ok, esta no es la norma en todos los proveedores del servicio de transporte público de la ciudad, pero por algo se empieza ¿no?
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