Es el gesto de Mark González al entrar. Son las lágrimas de Jara al celebrar. Es el puntete de Suazo para ponernos en la otra vereda, en la de los que festejan y no sufren en los últimos minutos del partido... Es el Chile de Bielsa, un equipo que -vamos acostumbrándonos- juega y sale a ganar sea donde sea y contra quien sea.
Venezuela, como lo adelantó Beausejour, sintió el peso de la historia y no fue ni la sombra del equipazo que le pintó la cara a Brasil en Estados Unidos o del once que le robó un empate a Uruguay en el Centenario (de muestra, ahí está el arquero... Con cagazo los 93 minutos).
Chile está tercero. Tranquilo papá. Falta harto paño que cortar y son varias las tijeras que quieren hacerlo. No importa. Tenemos equipo, hay jugadores, tipos comprometidos como pocas veces en mi vida he visto a unos jugadores con la selección (se me paran los pelos al recordar cómo cantaron el himno en La Paz) y, lo mejor de todo, buenos jugadores con un buen entrenador (de la cancha para adentro, claro está).
Por fin tenemos buenas noticias en el deporte, por fin estamos arriba, por fin somos protagonistas...
PD: Párrafo aparte para el relato del Negro Palma. Su grito para el tercer gol recordando a su padre recientemente fallecido fue sencillamente conmovedor, como tiene que ser un relator, con el pelómetro a full. Grande.
Etiquetas: Clasificatorias Sudáfrica 2010, Fútbol
- I'm Jorge Enrique Díaz Pérez
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- Estudié letras en la PUC, pero el latín fue más fuerte y tuve que partir a la Diego Portales donde, por fin, egresé como periodista. ¿Por qué clóset de noticias? Porque acá cuelgo las que me parecen importantes, así de simple.
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