Esta historia continuará... ¿A qué me refiero? al fugaz paso de Almonacid por los JJOO de Beijing -en competencia por lo menos- porque en los diarios, especialmente en uno, sigue dando que hablar.
Así es. Felipe Bianchi volvió a escribir sobre el asunto y, qué quieren que les diga, cada vez estoy más de acuerdo con sus palabras: Dejemos de lado sofismos y compasiones. No es en estos casos donde hay que ejercitar la compasión. Todo lo contrario. El abuso de una posición ventajosa para sacar réditos personales es tan penoso y criticable en empresarios ricos como en deportistas pobres. Tampoco cabe la mención de la patria aquí. Las peores aberraciones de la historia deportiva, militar y política de este país se han hecho bajo el paraguas de "la bandera". ¿Y la supuesta lucha entre legos y conocedores, entre manzanas y pelotas aludidas por un ídem? Ridículo.
O el cierre del texto, que es todavía mejor: Para cerrar, una vez más ha quedado claro que los chilenos somos extremadamente rápidos para enganchar con los discursos vulgares al tiempo que desorbitadamente lentos para ejercer cualquier tipo de análisis un poquito más exigente. Tal como pasó con el "Maracanazo", con el "Puerto Ordazo" o con la Sub 20 en Toronto. Tal como pasó con María Música o con Asensio. Son dos Chiles que chocan. Dos éticas -y estéticas- contrapuestas. ¿Malo? No necesariamente. Puede ser hasta gracioso, si uno no le tiene miedo al debate. Me preocupa otra cosa: la actitud de algunos periodistas, otra vez, de nuevo, devenidos en hinchas o en lastimosos defensores de clase. ¿Para eso estudiaron? ¿Para volver siempre al barrio y al discurso fácil?
Aplausos.
Así es. Felipe Bianchi volvió a escribir sobre el asunto y, qué quieren que les diga, cada vez estoy más de acuerdo con sus palabras: Dejemos de lado sofismos y compasiones. No es en estos casos donde hay que ejercitar la compasión. Todo lo contrario. El abuso de una posición ventajosa para sacar réditos personales es tan penoso y criticable en empresarios ricos como en deportistas pobres. Tampoco cabe la mención de la patria aquí. Las peores aberraciones de la historia deportiva, militar y política de este país se han hecho bajo el paraguas de "la bandera". ¿Y la supuesta lucha entre legos y conocedores, entre manzanas y pelotas aludidas por un ídem? Ridículo.
O el cierre del texto, que es todavía mejor: Para cerrar, una vez más ha quedado claro que los chilenos somos extremadamente rápidos para enganchar con los discursos vulgares al tiempo que desorbitadamente lentos para ejercer cualquier tipo de análisis un poquito más exigente. Tal como pasó con el "Maracanazo", con el "Puerto Ordazo" o con la Sub 20 en Toronto. Tal como pasó con María Música o con Asensio. Son dos Chiles que chocan. Dos éticas -y estéticas- contrapuestas. ¿Malo? No necesariamente. Puede ser hasta gracioso, si uno no le tiene miedo al debate. Me preocupa otra cosa: la actitud de algunos periodistas, otra vez, de nuevo, devenidos en hinchas o en lastimosos defensores de clase. ¿Para eso estudiaron? ¿Para volver siempre al barrio y al discurso fácil?
Aplausos.
Etiquetas: Juegos Olímpicos, Medios
- I'm Jorge Enrique Díaz Pérez
- From Santiago, Región Metropolitana, Chile
- Estudié letras en la PUC, pero el latín fue más fuerte y tuve que partir a la Diego Portales donde, por fin, egresé como periodista. ¿Por qué clóset de noticias? Porque acá cuelgo las que me parecen importantes, así de simple.
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