QUE LLEGARA UN REGALO AUNQUE SEA
Published jueves, diciembre 13, 2007 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Esto de ir al correo y elegir una carta para darle un regalo de navidad a un niño (o a una familia) es algo reconfortante. Lo sé de muy buena fuente porque hace un par de años
lo hice y desde ese día en adelante soy un poco más feliz.
El problema es que, basadas en la ignorancia y -por qué no- en la rabia e impotencia que se debe sentir al ver la danza de millones y regalos en la tele, los diarios y en todos lados sin poder siquiera rasguñar un pedazo de la torta, lleva a no pocas personas (generalmente madres jóvenes y solteras) a tratar de pasarle gato por liebre a los viejos pascueros de turno.
Aquí hay un caso y la cuña es elocuente (remítanse al título). Mal, mal por ella y por su extraña lógica de tratar de conseguir las cosas ¿no?
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