EL NACIONAL
Published jueves, diciembre 04, 2008 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Desde que tengo uso de memoria el Estadio Nacional está presente en mi vida. Hasta los seis años viví cerca suyo y ahora, más mayorcito, lo mismo. Y feliz.
Allí fui a ver una de las últimas reuniones triples que se hayan hecho en el campeonato local. Allí celebré tantos y tantos goles de la UC (recuerdo un tiro libre del Coke Contreras a la U estando yo en la galería sur; los goles de la Final de la Copa Libertadores del 94 y un increíble cabezazo de Serio Vásquez, también a la U, para ganarles 1-0 el partido que terminé afónico después de encabezar los Ceatoleí); allí también festejé con la selección: Chile 3 - Paraguay 0 después de dejar en la mesa un insoportable plato de guatitas en casa, la clasificación a Francia 98 y ahora último, toda la clasificatoria a Alemania 2006 y a Sudáfrica 2010.
Precisamente, uno de los recuerdos más frescos que tengo, es del inolvidable 1-0 a Argentina. Ni siquiera vi la pelota entrar. Apenas vi que Orellana conectó el centro de Medel, me di vuelta para el lado chileno (al otro lado estaba Andrés, mi jefe argentino, Ja!) y me abracé como pocas veces lo he hecho en un estadio con mi buen amigo Morales.
En fin. También recuerdo el adiós de Soda Stereo y hace poco no más, el regreso. El hipermarketeado regreso de Los Prisioneros,
la locura de plantar un árbol en su cancha y el dolor que sifnificó convertir un espacio destinado a la entretención y alegría en
un centro de detención y tortura.
No son pocas las historias que se pueden contar del Nacional. Aunque para ser más precisos, hay que llamarlo como corresponde: Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos y por Dios que me acuerdo de él cada vez que me toca subir las escaleras rumbo a la tribuna de prensa... Ja!
Relacionada: Los 70 años del Nacional (Emol), La TerceraEtiquetas: Actualidad, Fútbol, Otros deportes, Yo