La discusión está sobre la mesa y todos los comensales pueden sentirse libres de disparar o, si lo prefiere, hacer leña del árbol caído. Carlo De Gavardo acaba de ser descalificado del Dakar 2010 por no cumplir con el reglamento en lo que se refiere al paso obligatorio por los puestos de control y ni las apelaciones ni las reuniones de última hora salvaron al Cóndor de Huelquén, piloto que desde ahora podrá seguir en la ruta, mas no como competidor.
La discusión, decía, está sobre la mesa porque resulta que De Gavardo recaudó auspicios por más de US$1.000.000 del gobierno (
www.thisischile.cl) con el fin de promover las bondades de la angosta y larga faja de tierra por las pantallas del mundo. Quedó demostrado el año pasado que los turistas de larga distancia, los que cruzan el Atlántico forrados en euros o dólares, aumentaron gracias al llamado 'efecto Dakar' (No todo es tan malo ¿vio?)
El asunto es que antes de entrar a Chile -la analogía futbolera dice que sería algo así como hacerse expulsar en camarines, antes de salir a la cancha- el proyecto estrella del Sernatur quedó out.
El caso está lleno de paradojas porque mientras De Gavardo compitió en -lo cito- "un Ferrari" hay otros pilotos, humildes ellos claro, que están vendiendo poleras a $10.000 para que el chiste no le salga tan salado.
Ok, es cierto. Carlo De Gavardo es como el Chino Ríos de este deporte y gracias a sus influencias y trayectoria sabemos lo que sabemos de esta carrera e, incluso, la podemos disfrutar en primera persona. Es cierto.
El problema, desde mi humilde punto de vista, es que no se pueden jugar tantas fichas a una sola carta. Ya los ven. Jorge Latrach y Fernando León (éste rifó un cupo en el vehículo de asistencia para mitigar costos) están ahí con sus humildes Toyota casi de serie.
Para qué decir las pellejerías de otros deportes. Ya supieron lo que pasó en el levantamiento de pesas o, un poco más atrás, en la federación de gimnasia.
Probablemente van a llegar igual los tiristas y la imagen de Chile va a quedar guardada entre los mejores recuerdos de japoneses, australianos o europeos. Lo malo, lo apresurado si se quiere, es que no había para qué hacerlo a estos costos, pagando tanto por lo que en definitiva no es otra cosa que una apuesta. Ya sabe el dicho, los fierros son fierros y nada ni nadie puede asegurar mucho. El Caso De Gavardo así lo demuestra.
Foto: La TerceraEliseo Salazar levantó la voz: "Es un despilfarro" el apoyo del Gobierno para De Gavardo"Es poco ético todo lo que hizo De Gavardo""Querer enriquecerse con platas del gobierno es inaceptable"De Gavardo explica su pena en el DakarEvalúe el millonario apoyo que De Gavardo tuvo del GobiernoEtiquetas: Dakar, Yo