Aunque haya sido por un fin de semana solamente, la visita de La Pequeña Gigante y su Tío Escafandra quedará grabada por mucho tiempo en la memoria de los chilenos. Y digo chilenos porque no fueron pocos los que viajaron desde otras ciudades sólo para ver una de las principales atracciones de la compañía Royal The Luxe.
No deja de ser conmovedor ver a los niños, en el caso de ellas vestidas como LPG, con los ojos llenos de alegría e ilusión por sentirse parte de la historia, una de las pocas veces en las que la Alameda se llena de gente para celebrar y no protestar. Una historia tierna, conmovedora, de reencuentro, llena de simbolismo y emoción.
Los últimos días de enero demostraron que la gente, así en genérico, la gente, está ávida de salir a la calle y participar. Ni en calor, ni el hambre ni las largas esperas son impedimentos para estar ahí y sentirse parte de...
Ojalá que se repitan muchos espectáculos como este. Es liberador, no sé, es sano que la gente cuente con este tipo de oportunidades para disfrutar del arte. Quedó claro que las agradecen y aprovechan. Además, el hecho que sea gratuito y "de Plaza Italia para abajo" le da otro sabor, más generoso y amplio.
Como dijo la productora del Festival Santiago a Mil, después de jornadas como las de este fin de semana, uno se siente orgulloso de ser chileno. Yo por lo menos sí.
Etiquetas: Actualidad, Cultura, Fotos
- I'm Jorge Enrique Díaz Pérez
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