Ok. Con lo que pasó en el partido entre Australia e Italia ya estaba bueno, pero después de ver Ghana Versus Brasil el vaso se chorreó entero, ya no hay que esperar más. Eso creo.
¿A qué me refiero? A que los árbitros (puede ser el principal, el cuarto, un sexto o quién sea) vea la jugada repetida en un monitor y se cobren los fouls, se anulen los goles en off side o viceversa.
La
FIFA, empeñada en una suerte de homogeneización del fútbol, así se juegue en el Nou Camp o en el Lucio Fariña -el estadio de San Luis de Quillota, que dicho sea de paso es el único estadio que lleva un nombre de un periodista y, más encima, que está vivo aún; le ha cerrado la puerta en las narices a la tecnología. Y, lo más malo de todo, es que se ha hecho la lesa, porque el público asistente al Mundial vio que el penal a favor de Italia no fue falta y también vio que Adriano estaba off side antes de anotar el 2-0. Por eso las pifias y la foto de este post.
La
ATP, más abierta a los cambios, aceptó (y con éxito) la utilización del llamado
Ojo de Águila, que no es otra cosa que una virtualización del recorrido de la pelota, a menor velocidad por supuesto, facilitando los cobros y disminuyendo las polémicas.
Es más.
Adidas, el proveedor de material deportivo para la FIFA, ya diseñó la
pelota con chip de manera que cuando el balón traspase la línea de gol se active una alarma y se validen los goles que por la rapidez del rebote muchas veces no se cobran. Sin embargo, el nuevo implemento no ha pasado de pruebas y ensayos. Tal vez se apuren cuando una final de Mundial se decida por una situación así.
Yo estoy a favor del ingreso de la tecnología al fútbol ¿Ustedes?
*FOTO:
AP