¡Qué Rojita ni que ocho cuartos! Desde ahora en adelante, por lo menos aquí, la selección sub 20 se llamará así: Rojota. ¿Por qué?
Porque juegan fútbol, se dan pases entre ellos, tiran centros al compañero, porque bajan, suben, ganan las orillas, tiran lujos, atajan, corren, marcan, no dejan que les hagan goles ¿sigo?
Además, este equipo tiene más méritos: Son, pese a algunos casos que se han sabido manejar a tiempo, humildes. La mayoría tiene ganas de triunfar, sed y hambre de gloria y por eso, son ubicados y los primeros en tener los pies en la tierra. ¿Más?
El factor Sulantay, un técnico que no traiciona sus principios, un tipo que no anda armando equipos por ahí, según las circunstancias, sino, por el contrario, un técnico que llena su equipo con los nombres de los que dispone. Incluso, aunque suene a perogrullada, Sulantay es un tipo que supo elegir a los nombres correctos (y no hablo sólo de un tema técnico, de desempeño en la cancha, sino fuera de ella, como aportes para el grupo).
La Rojota clasificó primera en su grupo (inédito para una selección chilena en un Mundial), sin goles en contra y, lo mejor de todo, jugando bien. Poniendo huevos cuando el fútbol no alcanza.
Es temprano como para aventurar un futuro. Portugal no es pan comido y puede despertar contra Chile. Sin embargo, por lo que han mostrado, no debiéramos estar tan preocupados. Estos cabros, de una u otra manera, sabrán qué hacer para volver a pintarnos, por enésima vez, una sonrisa en la cara.
FOTO:
ReutersEtiquetas: Fútbol, Mundial Sub 20