(Suspiro) A ver.. por dónde empezar? Supongo que por decir, como para constatar el hecho, que el día amaneció nublado. Sí, nublado un 18 de enero como si estuviéramos en pleno otoño o en esas mañanas de invierno en las que, se sabe, viene la lluvia.
Soy concertacionista, me considero socialista si quiere más señas, y no, no pretendo ningunear ni despotricar contra Piñera, la derecha y su triunfo. Ganaron y, en esto el fútbol me ayuda, hay que reconocer cuando el equipo del frente lo hace mejor y punto.
Mi equipo era un grupo de jugadores viejos, gastados. Tuvimos la posibilidad de hacer debutar a un Alexis Sánchez pero los dirigentes y el cuerpo técnico (una muy mala metáfora de Escalona y los suyos, ustedes los conocen igual que yo) dijeron que no. El tipo se mosqueó y terminó haciendo un equipo nuevo... Se ve bien eso, ah.
Lo peor de todo es que la derrota de ayer da vuelta el café sobre el diploma de honor que le dimos (o damos, según) los chilenos a la Presidenta Bachelet y su gobierno. No en vano, con apoyo de sus opositores políticos, la primera mujer en la presidencia se retirará con más de un 80 por ciento de aprobación. Ojo con el dato.Por eso mismo cuesta, cuesta digerir la noticia. Terminar de aceptar eso de Sebastián Piñera, presidente electo. Teníamos todo al alcance de la mano para ganar y nos farreamos el partido, así de simple... ¡Y con un autogol más encima!
Lo anterior no quiere decir que esté todo malo y haya que botar todo a la basura. Hay gente noble adentro (pienso en la Tohá, Lagos Weber y Orrego) que sabe mejor que nadie cómo se maneja el buque. Hay que tirar al agua a los otros, a los malos, a los que... bueno, todos sabemos a quienes hay que tirar al agua.
Insisto. No quiero chaquetaerle porque sí el triunfo a la derecha. Me parece sano que sean otros los que salgan a celebrar a la calle (rico, ¿no?), que sean otros los que ocupen los cargos de gobierno y que sean otros los que estén con la cara llena de risa hoy por lo menos.
El punto, lo importante de todo esto, es que se trata del mismo país, vivimos entre las mismas fronteras y si al gobierno de Piñera (Oh! qué fuerte escribirlo) le va mal, nos va mal a todos... Así de simple.
Soy de los que creo que con un gobierno socialista se vivía mejor. Habrá que ver cómo lo hacen Piñera y los suyos... Hasta el momento lo único que se sabe es que la vara les quedó alta y que la gente, los millones y millones de chilenos (Ja!), no somos tontos y tarde o temprano cobrarán las cuentas pendientes.
Que la vaya bien futuro presidente. Acá estaré atento para criticarlo y, si quiere claro, para ayudarlo.
Foto: EmolEtiquetas: Actualidad, Política, Yo