"Mi marido era choro, era ladrón; no era traficante. De ladrón a traficante hay una gran diferencia", decía la ahora viuda de Humberto Ruíz, una especie de Andrés Escobar dentro de uno de los tantos pasajes que componen la temida Legua y que, a propósito de su muerte, está de fiesta.
Sí, tal cual. Con el cadáver dentro de su urna, adornada esta con un vaso de cerveza, un cortaplumas y una pequeña muestra de su botín, al son de un hip-hop canturreado por los propios vecinos y amigos del difunto, la ceremonia fúnebre (que tiene como escenario el estrecho living de la casa) es una señal de alegría y orgullo. Ése era el principal sentimiento de sus famliares, quienes se encargaban de vociferar a los cuatro vientos las bondades del mártir: "El fue choro toda su vida, desde chiquitito que fue ladrón".
Con el cajón sobre sus hombros, los más fieles seguidores de Ruíz pasean a su amigo encerrado por las tablas desafiando a quienes lo mataron y, de paso, mostrándole a todo el país una de las escenas más escondidas y para muchos increíbles de lo que puede pasar en el corazón de San Joaquín.
Las radios portátiles también son parte de la ceremonia y, de vez en cuando, el cortejo se detiene para apagar la sed y refrescar la garganta con un vasito de cerveza. "A su salud, compadre", le habrán dicho, y siguen su camino.
Ex profeso, la caravana se detiene frente a la Cárcel de San Miguel. Desde la distancia y el encierro, antiguos amigos y compañeros de armas -con lienzo y todo- rinden su propio homenaje al Choro Ruíz. Sudorosas poleras blancas, como si fueran moquillentos pañuelos de despedida, ondean al viento aprovechando los sones típicos del hip-hop que no ha parado de sonar a lo largo de todo el recorrido.
Ya en el cementerio el último sorbo de cerveza y derecho a la tierra, donde dejarán de ver al amigo, al ídolo, al compañero. Él sólo se adelantó y seguro es que más pronto que tarde se encontrarán. No sé si en el cielo o en qué parte, pero ése día, otra vez, los pasajes de La Legua volverán a estar de fiesta. Habrá un nuevo funeral.