ME2
Published domingo, febrero 26, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Desde mediados de diciembre que duermo con las ventanas de mi pieza abiertas de par en par. Así mitigo el calor de la tarde aún presente por las noches y sueño con los angelitos. El tema es que éste no es un domingo normal y la sinfonía de motores diesel atravesando José Domingo Cañas, a un par de metros de casa, además de despertarme antes de lo habitual, me recordó que hoy es el gran día. U2 está en Chile.
Durante todo el día vi vecinos nuevos. Carabineros en todas sus versiones, incluidos los del helicóptero que me tiene chato, vendedores ambulantes, cuidadores de autos y, sobre todo, fanáticos. Gente de todas las edades, chicos y grandes, hombres y mujeres, todos con un mismo fin. Llegar al Estadio Nacional.
Tal aglomeración de público amerita, así es que desde las 15:00 horas más o menos, un par de aviones arrastraban por el aire su estela publicitaria rodeando con generosidad el cuadrante que encierra el coloso ñuñoino.
Y como falta lugar para estacionarse, los muy patúos no encontraron nada mejor que dejar el auto sobre el pasto, frente a las salidas de las casas y, en resumen, en cualquier metro cuadrado sin árboles ni rejas. Total, paga Moya.
Afortunadamente el sol se fue de vacaciones y hasta se dejaron caer unos goterones. Así, la espera es menos transpirada y mejor oliente. En fin. Según sé, falta poco para que Franz Ferdinand abra el show y el asiento en mi terraza me está llamando. Les cuento.