APLAUSOS
Published viernes, marzo 31, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
No aguanté hasta la noche y fui no más, a la hora de almuerzo, a ver
Fuga, la película de Pablo Larraín que protagoniza Benjamín Vicuña.
No es una película fácil. Quizás para los melómanos, para quiénes saben reconocer la diferencia entre una rapsodia y una sinfonía, la película les será más amable. Para mí, no fue un laberinto estrecho ni anguistiante, pero imagino que para oídos profesionales la película tiene un extra. Un plus.
Efectivamente, las actuaciones son un punto alto de la película. Partiendo por el mismo Vicuña, un gallo tan versátil como emotivo; siguiendo con Francisca Imboden, una de las que está en la cresta de la ola; por el siempre sólido Luis Dubó y, en su estreno en la pantalla grande, quiero destacar la gran actuación de Alfredo Castro.
La película, sin contarles mucho, ahonda en dos tremendos mundos que, curiosamente, no son muy conocidos: El de la música clásica y el de los esquizofrénicos. Tiene partes sencillamente bellas, como el casting dentro del psiquiátrico para formar el coro; las escenas de la piscina y, cómo no, la imagen de la balsa en medio del océano. Uf!
Ojalá salgan y salgan más y más películas como Fuga. Hubo momentos en los que pensé que estaba viendo una superproducción made in Hollywood. Hay suspenso del bueno, buen guión, un cine de talla mayor.
Se las recomiendo a ojos cerrados.
Exitoso debut de Fuga