BEBER PUEDE SER NOCIVO PARA LA SALUD
Published miércoles, marzo 22, 2006 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Hace tiempo que no me borro. Hace tiempo que no rebalso mi hígado de alcohol como para andar agarrando el manubrio de losa y todo eso. Prefiero consumir bueno y poco, no mucho. Siempre con moderación. Si no, algo catastrófico puede pasar.
En el verano, un ciudadano argentino fue
violado por sus vecinos en medio de una juerga de aquellas. ¿Qué pasó? A los chilenos no se les ocurrió nada mejor que -perdón por la franqueza- meterle una botella por la raja al ciudadano trasandino, un turista bueno y sencillo que había organizado la reunión a modo de despedida. No estoy hueveando.
Este
fin de semana pasó algo más o menos parecido. Resulta que en medio de una tarde de cervezas entre amigos, salió el típico desafío que para menores de edad puede ser entendible, pero no justificable. Pero, a los 28 años, uno sabe perfectamente qué es bueno, qué es malo y cuáles son las consecuencias de determinados actos.
¿Qué pasó? A los pasteles se les ocurrió la fatal idea de tomarse una botella de pisco al seco. Como si la virilidad se fuera un recipiente en el que, mientras más alcohol cabe, mejor. Sólo 15 segundos se demoró el ciudadano en cuestión en cumplir con su cometido. Como era de esperar, quedó cocido como él solo y se fue a acostar.
Al final de la juerga, los compañeros de carrete fueron a despertar al valiente. Lo movieron y requetecontra movieron de su cama y no pasó nada. El hombre había muerto de un coma etílico.