Las copas de vino se están lavando, secando y guardando. Los manteles de gala, la cuchillería de plata y los manuales de protocolo también. Los traductores seguirán buscando pega y la mañana de este lunes ya no se huele ni se siente tan extraña como las del fin de semana, cuando todo se interrumpía para ver a George W. Bush en nuestra ciudad.
La APEC terminó y para nuestra fortuna, todo salió bien, es decir, ninguno de los líderes de las economías más pujantes del planeta sufrió ataques, intoxicaciones o reacciones alérgicas. Por el contrario, probablemente, cada uno de ellos llegará a sus respectivos países hablando maravillas de la larga y angosta faja, diciendo que es un bellísimo país, de gente muy hospitalaria, etc., etc.
Y tendrán razón. Porque si algo le faltaba a Chile como para creerse el cuento del alumno destacado del curso, el cuento del vecino modelo del barrio, el ejemplo para el resto, eso era precísamente, organizar una reunión como la APEC y salir de ella cero faltas.
Nuestro país, nosotros, hemos demostrado que estamos a la altura de las grandes ligas, estamos para jugar con los países de primera división, podemos hablar de tú a tú con los peces gordos del planeta y después, dar vuelta la hoja y seguir con lo nuestro.
Durante el fin de semana recién pasado Chile se tituló, recibió el cartón de país ejemplo, de país modelo. Sus profesores evaluadores fueron ni más ni menos que George W. Bush y su séquito de seguridad. El incidente en la Estación Mapocho no sólo demuestra la dignidad de la policía chilena, sino que también toda su disciplina y rigor. Bien, total, para eso están. Son carabineros, no jefes de protocolo ni mucho menos.
Les ofrecimos lo mejor de nuestra cocina. Los ingredientes más finos fueron puestos en la mesa, descorchamos las mejores botellas y hasta le enseñamos un poco de inglés a un par de taxistas para ser aún más amables.
Prueba superada, diría el conductor de la televisión española y no dejaría de tener razón. Desde este fin de semana tenemos una nueva razón para sentirnos orgullosos. Y eso no sólo tiene que ver con la reunión APEC, sino también con la manifestación del Foro Social Chileno que reunió a más de cincuenta mil ciudadanos marchando en las calles. Eso, permítanme la licencia, me tiene contento y orgulloso de ser chileno... Ceacheí...