DE ABRAZOS Y SITUACIONES ABRAZADORAS
Published viernes, diciembre 02, 2005 by Jorge Enrique Díaz Pérez | E-mail this post
Quienes me tienen en su lista de contacto de MSN ya lo saben. Al menos lo sospechan: Me voy a Madrid a pasar el año nuevo junto a mi novia. Top.
Ayer, cuando le contaba la buena nueva a su papá, me dijo algo como que "iba a ser muy envidiado" a lo que le respondí "voy a tratar de representarlos a todos" (quienes quieran estar abrazando a la
Pauly en ése momento, se entiende ¿no?)
El asunto es que a partir de eso me acordé de una situación menos grata, pero igual o tanto más emotiva (el 2 de enero les digo). Cuando fui a buscar al aeropuerto a mi papá, quien venía desde centroamérica al funeral de su madre,
mi abuela.
Entre la algarabía de quienes esperaban a sus familiares para irse a celebrar y pasarlo bien, contar anécdotas de viaje y ése tipo de cosas, yo y él éramos una isla. Apenas lo vi pasando por el pasillo tras sus maletas, me puse nervioso. Para cuando salió de todos los trámites y se dirigía al umbral de salida, yo ya estaba ahí y nos estrechamos en uno de los abrazos más memorables que me ha tocado dar y/o recibir en mi vida. Aquí va el abrazo de las chiquillas (mis hermanas), de mi mamá, de mis tías, del abuelo, de todos... creo que le dije. Uf!
Podría recordar el abrazo que me dieron cuando salí del
colegio, ahí, en la especie de patio que se hace justo en la esquina de Rodrigo de Araya y Macul, justo al medio de las entradas al colegio en sí y a la iglesia del Buen Pastor como creo que se llama.
"Estrechar entre los brazos en señal de cariño" dice la
RAE como definición del verbo abrazar. Estoy seguro que es mucho más que eso. ¿Ustedes también?