Ya estaba bueno. Tanto descuartizado, suicida y horror dando vueltas por el blog lo estaba desperfilando un poco. Volvamos a tomar las cosas con Andina, echémosle una miradita a temas un poco más livianos. No estaría mal ¿O sí?
Anoche tuvo ocasión la séptima ceremonia de entrega de los
Premios Altazor. La gala se llevó a cabo en el pomposo y hace poco estrenado
Centro Cultural Palacio de La Moneda. Bien. Bien para los que estaba in situ, porque para nosotros, los humildes telespectadores, la transmisión se inició con un repentino contacto en directo de la periodista Mónica Sanhueza con la Ministra de la Cultura, Paulina Urrutia. Incómoda, como con una papa caliente en las manos, la reportera le dio el pase a Julián Efelbein, quien "entrevistó" a Los Bunkers, grupo nominado (a la postre ganador del trofeo), quienes estaban más preocupados de entrar luego que de responderle al rapado notero. Su peor idea fue pedirles que tararearan su éxito "Llueve sobre la ciudad". ¡Plop!
Ahí, después de los dos primeros chascarros de la transmisión (en un increíble cien por cien de efectividad) apareció Macarena Pizarro, la nueva reina de las metidas de patas según
Larry Moe.
¿Los pecados de la nueva autoridad? Llamar al escenario a un folclorista muerto y, en complicidad con el reciçen casado Felipe Braun, nominar como ganadora a Francisca Lewin en vez de
Blanca Lewin.
En defensa de la Maca (me voy a permitir la patudez de llamarla así) hay que decir que las famosas tarjetas no son hechas por ella. En consecuencia, la responsabilidad final de los errores es de quien escribió mal los apoyos. El tipo o tipa que hizo tal pega no sabía que Nano Núñez ya había muerto y que Blanca Lewin actuó en En la cama y no en Se arrienda.
En fin. Ya que la idea es ser propositivo y disfrutar de una ceremonia de entrega de premios diga e inmaculada propongo que el rol de los presentadores llegue sçolo hasta la típica frase... and the Oscar goes to... o, en éste caso, y el Altazor va para... y que, a continuación, en una pantalla de fondo, con harta cachaña, con imágenes de apoyo, con títulos, con harta caca, aparezca por fin el nombre del ganador. Algo así se hace, em la transmisión de TV de los Oscar. Tampoco es algo muy original.
Ok. Si por último no les gusta la idea, estaría dispuesto a pitutear el próximo año redactando las mentadas tarjetas. Mal que mal, es una pega más y, en una de esas, me invitan. Lo pasaría genial.
*Foto:
LUN