Uf! Por dónde empezar... Movidito el fin de semana en Valpo y ayer en la tarde con esto de la cumbre del rock. Vamos por partes, es decir, por el principio.
La efervescencia de la gente con el Dakar tenía mucho de moda, de estar donde las papas queman más que a una pasión fierrera o cosas así. Dudo que la mayor parte de la gente que vi alrededor del Alejo Barrios haya podido decir cinco nombres de pilotos participantes... En fin, ahí estaban, sacando fotos y comprando los típicos souvenirs.
Al otro día, después de una noche de juerga en El Journal, la inflexibulidad de Carabineros nos obligó a bordear todo el parque para llegar a obtener la famosa pulsera que acreditaba nuestra condición de periodistas acreditados ¿Qué más aseguraba el papelito en cuestión? Red Bull a destajo, no sólo en la carpa respectiva en el Bivouac sino en la Escuela Naval también... Lo demás, poco y nada salvo la novedad de recorrer uno de los parques de asistencia más grandes y multinacionales que haya visto en mi vida, con peaks notables como los Hummer, las KTM del equipo oficial y por supuesto, los camiones de la competencia.
De nuevo la noche, de nuevo las chorrillanas y esta vez, en lugar de ir hasta Viña por un poco de diversión, la escala fue en el mismo puerto, en La Playa, recinto que tuvo uno de sus puntos cúlmines con Todos Juntos (Los Jaivas) a full. Notable.
De ahí, 04:30 AM, a la calle, a ver pasar la comitiva deportiva. Aquí lo malo, el lunar de la noche. Claro, con más alcohol que criterio en el cuerpo, no fueron pocos los tontitos que salieron a la calle a palmotear a los pilotos como si fueran amigos de toda la vida o, peor aún, que se colgaron de los camiones por unos segundos para jactarse de semejante choreza. Mal.
Bus de vuelta a Santiago, las horas de sueño de rigor y al Club Hípico se ha dicho. Mucho calor y pocas nueces. Problemas con el acceso, con la venta de líquidos y comidas en el lugar y, lo peor de todo, de sonido hicieron que la jornada tuviera más cosas malas que buenas... Igual estuvo notable la Francisca Valenzuela y, lejos los más seguidos por la familia marrana, los Chancho en Piedra.
Foto: La TerceraEtiquetas: Dakar, Música, Yo